Aquello que un día dabas por perdido regresa, aquello que no te gustaba te gusta. La vida es corta, y por muy jóvenes que seamos el tiempo pasa. La mochila la seguimos cargando cada día. Pero hay instantes, sabores y olores que aunque duren unos segundos, pueden cambiar radicalmente las sensaciones que tienes.
El futuro sigue siendo una incógnita, pero para que queremos saberlo, cuando apenas podemos controlar el presente. Me gusta pensar que todo sucede por alguna razón, pero mientras la descubro, decido cada paso que doy.
Hoy es uno de esos días en los que sabes apreciar cada pequeño instante, respiras hondo porque no quieres perder ni un solo momento, quieres retener todo en tu memoria.
Darte cuenta de que hay gestos que son nuestros, que la complicidad no se borra, y que un cuerpo se sigue estrujando con tanta facildad como antes. Hay personas que nunca se pierden.
Una despedida, sin sabor a despedida
No hay comentarios:
Publicar un comentario